
Estamos en la temporada en que los estudios estrenan sus grandes cartas con miras a las grandes premiaciones del próximo año, incluyendo el Oscar. Y Netflix una vez más pisa fuerte, apostado por un film íntimo, desafiante y que explora el lenguaje cinematográfico de la mejor manera: mostrando y no explicitando. Se trata de El poder del perro, de la directora Jane Campion y protagonizada por un soberbio Benedict Cumberbatch.
Tras diez años sin dirigir, Campion adapta la novela de Thomas Savage que puso patas para arriba la imagen de vaquero que por décadas impusieron iconos como Clint Eastwood y John Wayne. La historia nos hace seguir a Phil Burbank (Cumberbatch), un cowboy a la vieja usanza: usa sombrero y chaparreras y se aferra al código y valores del viejo oeste, que en el período que acontece la película (1925) está dando sus últimos suspiros. Una postura que contrasta con la de su hermano George (Jesse Plemons), un universitario moderno que anda con traje y tiene modales impecables.
La tensión entre ellos estalla cuando George se casa en secreto con una viuda del pueblo, Rose (Kirsten Dunst), y la lleva a vivir con ellos. Phil, comienza una guerra implacable e indirecta por destruir a Rose y anular su personalidad. Sin embargo el hijo de Rose, Peter ( (Kodi Smit-McPhee), con actitudes calificadas como afeminadas y de apariencia débil, podría ser más fuerte de lo que parece.

La directora usa todos sus recursos narrativos y visuales para colocar al espectador en una encrucijada durante todo el metraje: ¿Qué es lo que define la masculinidad? ¿Y su tras la camaradería masculina propia de hombres rudos que doman la naturaleza, con características usualmente misoginas y violentas, existe un deseo homosexual latente?
Al igual que lo hizo Ang Lee hace casi veinte años con Secreto en la Montaña, Jane Campion vuelve a explorar un relato que cuestiona el orden de las cosas y altera el imaginario colectivo relacionado con una época tan falsamente idealizada como el salvaje oeste. ¿Cómo lo hace? A través de la imagen, de los símbolos, poco sutiles a veces, pero claramente efectivo. La imagen de Cumbberbatch creando una cuerda o golpeando un agujero en la tierra con un inmenso leño dejan claro de que va la historia.
Pero El poder del perro es también una excelente película de suspenso psicológico. Una que sorprende y atrapa desde el primer minuto, con giros intensos que potencian aún más el conflicto interno de los personajes.

Benedict Cumberbatch interpreta el mejor papel de su carrera. Un villano que será recordado por un buen tiempo como un perfecto retrato del abusador psicológico. Actor de método, no habló durante todo el rodaje con algunos de sus co protagonistas para generar la distancia y tensión necesaria para la credibilidad de la historia. Ojo, tampoco se bañó por semanas. Jesse Plemons, Kirsten Dunst y Kodi Smit-McPhee, en tanto, están también en un nivel altísimo.
El poder del perro es un western especial, atípico y desafiante para el espectador. Tres palancas de valor que vuelven a este estreno de Netflix uno de los mejores del año.
Título original: The Power of the Dog
Año: 2021
Duración: 128 min.
País: Australia
Dirección: Jane Campion
Guion: Jane Campion. Novela: Thomas Savage
Música: Jonny Greenwood
Fotografía: Ari Wegner
Reparto: Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Kirsten Dunst, Kodi Smit-McPhee, Thomasin McKenzie, Frances Conroy, Keith Carradine
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