
Steven Spielberg es cine. Es el realizador más famoso de todos los tiempos, siendo el primero en unir a través de su extensa obra el espectáculo con la poesía del séptimo arte. Su amor y comprensión del cine ha sido expuesto a través de documentales, entrevistas y obras literarias. Pero faltaba su propia visión, una narración íntima del viaje personal que lo llevó a transformarse en el artista de hoy. Los Fabelman es precisamente ello: un ejercicio narrativo basado en la experiencia propia que condensa de manera perfecta y armónica todo lo que es el cine de Spielberg.
Para quienes se han dedicado a leer o investigar sobre la vida temprana del director, la historia que ofrece la película no resultará en ningún misterio. Para aquellos que han analizado su obra con mayor detenimiento encontrará una explicación al estilo y temáticas recurrentes del realizador.
Los Fabelman es una película de crecimiento, que toma como eje de desarrollo dramático a Sammy Fabelman (Gabriel Labelle), alter ego de Spielberg, un niño de Arizona que, durante las décadas 50 y 60, quedará impregnado por la majestuosidad del cine. Su padre es Burt Fabelman (Paul Dano), un afamado ingeniero informático, y su madre, Mitzi Fabelman (Michelle Williams), una excéntrica artista. Su relación con sus padres marcará para siempre la vida, el carácter y la sensibilidad de Sammy, que a veces parece que ama más sus películas que a su familia.
La familia quebrada como motor principal

Durante gran parte de su carrera, lo que Spielberg retrataba en sus películas eran familias fracturadas, quebradas emocionalmente. En E.T. el padre ausente viajó a México con su novia nueva dejando a la madre sola con sus hijos, los que eventualmente se encuentran con el pequeño extraterrestre que también perdió a sus padres. En Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, Roy Neary (Richard Dreyfuss), se obsesiona con una visión y es capaz de abandonar a toda su familia para ir a buscar una quimera que además de conseguirla, se lo lleva para siempre del planeta. ¿Otra? Indiana Jones se define en relación al conflicto permanente con su padre, al que acusa de no haberlo apoyado en sus ambiciones.
Estos son solo tres ejemplos de que el divorcio de sus padres fue lo que lo marcó como ser humano y cineasta. Y la emoción y propuesta de cada una de estas cintas encuentran un eco en Los Fabelman, uno menos fantástico y terroríficamente terrenal, pero al fin y al cabo una película familiar con el corte clásico de Spielberg. Con un pulso extraordinario, este film se cuenta a través de las imágenes, los gestos, las miradas. Secuencias potentes como esa primera función privada de cine de Sam con su Mitzi al interior del armario, misma que décadas después repetiría en circunstancias más perturbadoras. O como en el proceso de crear una película familiar finalmente se topa con una verdad que el espectador intuye desde el inicio, pero que la ingenuidad del protagonista le impedía captar.
Los dolores del crecimiento se palpan, avanzan y se muestran con el siempre efectivo ojo de Spielberg. Alejándose visiblemente del drama más lacrimógeno, logra captar el caos, el desconcierto ante el futuro y la pena que recorre a cada miembro de la familia cuando el fin de la misma, al menos desde cómo se entiende a la familia bajo el concepto más conservador, se rompe. En Los Fabelman Spielberg traza una desmitificación de los padres, convirtiéndoles en humanos que cometen errores y, precisamente por eso, queriéndoles todavía más.
El amor por el cine

Aún más efectivo es la otra historia de amor que se cuenta en esta cinta, que es la de Spielberg con el cine. Ok, del enamoramiento de Sam con el cine, pero ya entendemos de que va la cosa. No es menor que en Los Fabelman se mencionan tan solo dos películas, “El más grande espectáculo del mundo” de Cecil B. DeMille (1952) y “Un tiro en la noche” (1962), una de las obras maestras de John Ford. ¿Existe una mejor manera de explicar el cine de Spielberg? Ambas cintas evidencian las dos facetas que son la parte troncal de su obra: la espectacularidad y la emoción.
Spielberg creó Los Fabelman en medio de la pandemia, donde el futuro de la realización –y exhibición– de películas estaba bajo una gran amenaza, que recién comenzó a disiparse gracias a las secuelas de Top Gun y Avatar. Por ello, en el proceso de realización no imaginó un escenario en que no trabajara una vez más con sus colaboradores de siempre: el infaltable John Williams en la composición del score y el polaco Janusz Kamiński en la dirección de fotografía. Ellos –más el guión escrito junto a Tony Kushner– dan forma al retrato de sus días de inocencia y posterior crisis familiar. Eso es, también, trabajar en familia.
Al igual que El Irlandés lo fue para Martin Scorsese, Los Fabelman se erige como el testamento ideal de Spielberg. Tras haber creado varias películas de culto, el realizador pone el broche de oro a su filmografía con una narración extraordinaria. Pero, aunque sería un cierre perfecto y poético para su carrera, afortunadamente al viejo y querido Spielberg aún le queda cuerda para rato.

The Fabelmans. País: Estados Unidos. Año: 2022 Dirección: Steven Spielberg Reparto: Michelle Williams, Paul Dano, Gabriel LaBelle, Seth Rogen, Judd Hirsch Género: Drama Guion: Tony Kushner, Steven Spielberg Duración: 151 min.
[…] ¿Dónde se puede ver? Está disponible en blu-ray. Reseña completa aquí. […]
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