“Cuando acecha la maldad”: Horror donde el diablo perdió el poncho

El cine de terror ha experimentado una evolución desde clásicos como “El Exorcista”, “Halloween” y “La Masacre de Texas”. En la actualidad, la tarea de “asustar” al espectador se ha vuelto cada vez más compleja. Películas como “La Monja” o “El Conjuro”, que se centran en los jump scares, son más bien como parques de atracciones para una audiencia que busca entretenimiento y liberación de tensiones. Sin embargo, este tipo de enfoque no logra causar verdadero miedo.

Por otro lado, existen películas que exploran un terreno más profundo y perturbador. Estas obras incomodan, provocan miradas nerviosas hacia los lados, conmocionan y crean un silencio incómodo en la sala de cine. Ejemplos notables de este tipo de cine son “The Witch” y “Hereditary“.

En esa misma línea se sitúa “Cuando Acecha la Maldad”, la película argentina dirigida por Demián Rugna. Esta obra se sumerge en la exploración de un miedo más psicológico, menos superficial y más arraigado en la cultura y el entorno.

La trama de la película nos lleva al campo, a los extrarradios del Gran Buenos Aires, donde los hermanos Pedro y Jimi son los vecinos más humildes de un terrateniente llamado Ruiz. Trabajan arduamente la tierra, pero la situación de los inquilinos María Elena y su hijo Uriel es aún más desgarradora. Uriel, afectado por una extraña condición que los locales llaman “embichado”, está poseído por un demonio (o algo así), y lo peor es que esta maldad parece contagiosa.

La película también explora subtramas sobre la personalidad atormentada de Pedro, los abusos de la oligarquía local y la naturaleza voluble de los niños. Todo ello sin perder de vista un ritmo trepidante y un uso efectivo del gore y la monstruosidad.

Rugna crea un ambiente propicio para el horror máximo: una comunidad alejada, desconectada de los centros urbanos, saturada de mitos y leyendas, donde la ley es corrupta o inexistente. Este terror rural es llevado a la pantalla con una intensidad pocas veces vista.

El terror en “Cuando Acecha la Maldad” se manifiesta no solo en imágenes impactantes y grotescas, sino también en las miradas de los protagonistas, en la sensación de abandono y desesperanza. Los escenarios principales, un campo abandonado y una escuela rural, dan vida a los eventos desencadenantes de la trama.

El ritmo de la película es vertiginoso en momentos, dejando al espectador sin aliento y aumentando la adrenalina. Aunque la historia sea horrenda, resulta imposible apartar la mirada.

El concepto del “embichado”, la encarnación de la maldad que se oculta bajo la piel y busca “renacer” en otra forma, es tan genial como aterrador. Este mal que infecta y busca la inocencia para protegerse agrega una capa de complejidad al terror narrado. Además, el uso de actores infantiles en escenas perturbadoras es un punto a favor poco común en el cine de terror mainstream.

En resumen, “Cuando Acecha la Maldad” ofrece una experiencia de suspenso y tensión, con toques sobrenaturales que revelan mucho sobre la cosmovisión de quienes viven en la ruralidad argentina. Es un ejercicio de narrativa de terror brillante y cercano, que deja una impresión duradera en el espectador.

FICHA TÉCNICA

Título Original: Cuando acecha la maldad

País: Argentina

Director: Demian Rugna

Reparto: Demián Salomón, Emilio Vodanovich, Ezequiel Rodríguez, Luis Ziembrowski, Marcelo Michinaux y Paula Rubinsztein., Silvina Sabater, Virginia Garófalo

Duración: 99 minutos

Género: Terror