
Para muchos El Regreso del Jedi es la película más débil de la trilogía original escrita por George Lucas. Y si lo miramos con un ojo puramente cinematográfico, puede que esta apreciación tenga sustento. Sin embargo, a cuarenta años de su estreno nadie puede negar dos cosas: que es una excelente película y es un cierre de arco perfecto para todos los personajes. En un mundo en donde los realizadores no estaban pensando en múltiples secuelas de las secuelas, el sexto episodio de la saga triunfa sin apelaciones.
Los principales cuestionamientos a El Regreso del Jedi vienen asociados a una historia floja, malas actuaciones y la infantilización con la aparición de una nueva especie: los Ewoks. Son, en mi opinión, críticas que no tienen sustento, sobre todo si la comparamos con los blockbuster de la actualidad. La trilogía original fue clave para la industria cinematográfica y se convirtió, probablemente, en la producción que más caló en la memoria colectiva. Y con ese inmenso mote sobre sus espaldas, la película cumple sobradamente.
Dirigida por Richard Marquand, El Regreso del Jedi sigue la línea planteada por Lucas desde el inicio: no repetir la fórmula, por muy tentador que sea. Aunque son reconocibles dentro del mismo universo, el tono de cada film es diferente y fácilmente reconocible. Star Wars, rebautizada después como Una Nueva Esperanza, plantea la semilla del viaje del héroe. El Imperio Contraataca es un drama y una tragedia perfecta. Esta tercera parte es una aventura familiar, muy equilibrada entre la jovialidad y la seriedad expuestas por sus predecesoras.

Lucas sabía que era el cierre de esta trilogía, por lo que debía cerrar todos los cabos sueltos. Si, que Leia terminara siendo la hermana de Luke no estaba en el plan original, pero fue necesario para no entramparse en explicaciones odiosas que solo amenazaban con ralentizar el relato principal. En esta misma lógica, era muy difícil hacer fluir con eficacia pesos argumentales tan dispares como la lucha interna de Luke al descubrir que su padre es Darth Vader, la batalla final contra la dictadura galáctica del imperio y la liberación de la luna de Endor.
Todo esto El Regreso del Jedi lo hace perfecto: a la velocidad requerida, sin tropiezos y con un tercer acto que es una clase maestra de montaje. Las tres historias confluyen en acciones paralelas, cada una con un importante peso dramático y sentido de urgencia, sin que el espectador jamás se confunda a pesar de la abrumadora carga informativa. Fuerzas rebeldes en Endor, el ataque a la segunda estrella de la muerte y la lucha por el alma del Jedi caído. Maravilloso.

Y tras todo esto, una velada declaración de intenciones políticas por parte del viejo y querido George, que en un diálogo con el cineasta James Cameron en su serie “Story of Science Fiction”, reveló que fue la lucha de los guerrilleros del Vietcong (o El Frente Nacional de Liberación de Vietnam) contra Estados Unidos lo que le dio la idea.
“Estamos luchando contra el imperio más grande del mundo, y solo somos un montón de semillas de heno con sombreros de piel de cabra que no saben nada”, señaló Lucas en la ocasión. Y acto seguido, comparó a Estados Unidos con “el Imperio” y al Vietcong con “La Resistencia”. Esto, en referencia al conflicto que enfrentó al país del norte con los asiáticos entre 1955 y 1975. Como para mirar a los Ewoks de manera más respetuosa, ¿verdad?
La obra es capaz de subvertir las expectativas y establecer el punto más importante de toda la saga que cambia completamente el foco de la misma: con este film Lucas nos dice que el verdadero protagonista de la historia es Darth Vader, que el equilibrio de la fuerza y el destino de alma de la galaxia siempre estuvo en sus manos. Y he aquí, además, el principal arco para desarrollar las precuelas. Vader, Anakin, él es el Jedi que retorna.
El Regreso del Jedi es una gran película de aventuras familiar, de gran peso cultural, un film que solo crece cada vez que se revisita. Una joya que merece ser recordada y apreciada en este 4 de mayo de 2023.
La cinta está disponible en Disney +.
