Clásicos: The Lost Boys

The Lost Boys, conocida en Chile como “Generación Perdida”, es una de las cintas emblemáticas de la última parte de los 80. Estrenada en 1987, el film dirigido por Joel Schumacher, destacó por su apuesta de mezclar la aventura y el terror. El resultado fue en su época muy bien recibido, y con el correr de las décadas su legado ha crecido. La verdad es que a más de treinta años de su estreno, la película ha envejecido muy bien.

Tras el divorcio de su madre, Michael y Sam viajan de Phoenix Arizona a Santa Carla California para vivir con su abuelo un lugar que en apariencia es apacible y aburrido que no merecería mucho la pena de no ser porque está habitado por una banda de vampiros y que se alimentan de todo aquel que se cruce en su camino. Hasta aquí, The Lost Boys suena a una película común de vampiros. Pero de hecho es una historia que iba en contra de las normas sociales de la época, con un soundtrack increíble, y personajes bastante interesantes.

El elenco conformado por Jason Patric, Kiefer Sutherland, Corey Haim, Corey Feldman, Edward Herrmann, Jami Gertz, Dianne West, Broke McCarter, Billy Writh, Alex Winter y Bernard Huges son quienes dan vida a estos personajes que se desarrollan poco a poco y que en pantalla se ven tan cómodos en sus papeles que algunos llegaron a declarar que hacer esta película fue lo más divertido que les pudo pasar a sus carreras.

The Lost Boys combinó la aventura tipo Goonies con la mitología clásica de los vampiros, en esa época de capa caída ante la irrupción en el cine de otros monstruos como Freddy Krueger. Schumacher y el guionista Jeffrey Boam crearon una historia de horror vampírica con adolescentes geniales, romance, sangre y por supuesto, un soundtrack de primera que va desde una reversión de «People Are Strange» de The Doors, hasta «Good Times» de INXS. Destaca el tema principal de la película «Cry Little Sister» de Gerard McMann, cuyo coro de niños se utiliza en los momentos más oscuros de la película.

Los valores familiares en el cine quizá no tienen gran impacto para nuestra generación, pero en los 80 sí que los tenían. Que la madre de los protagonistas fuera divorciada fue tema de conversación en el momento del estreno. The Lost Boys fue lanzada en medio de una nueva ola de conservadurismo estadounidense que venía de finales de los 70. Los cristianos de derecha tenían una enorme fuerza política y se proclamaban en contra del aborto, la homosexualidad y los divorcios, entre otros. Se buscaban proteger los «valores familiares» estadounidenses, y eso incluía criticar las familias que no estuvieran formadas por mamá, papá e hijos.

Aún con otras películas de los 80 que mostraran familias incompletas, The Lost Boys destacó junto a historias como Tres hombres y un biberón en donde en lugar de retratar el lado negativo de los divorcios, mostraban a un núcleo familiar unido.

En cuanto al apartado vampírico, The Lost Boys se las ingenia para agregar nuevos elementos a la mitología de los chupasangre, nuevas reglas para su propio universo. Además de los ritos de iniciación, algo novedoso para la época, propone poderes nuevos, tanto físicos como mentales. Estos vampiros vuelan, al estilo Superman, una facultad que vemos a través de una cámara subjetiva, alejándose por completo de la típica imagen sobria y elegante de sus predecesores cinematográficos, mostrándose como seres nocturnos más abocados al caos, irresponsables en sus matanzas indiscriminadas y con ganas de crear problemas dondequiera que vayan.

Pero no son estas criaturas lo único a destacar en esta historia, ya que el trío de jóvenes co-protagonistas Corey Haim, Corey Feldman y Jamison Newlander también es de cuidado y son estos quienes dan esa chispa de humor a la cinta. Uno de los grandes méritos de Schumacher es hacer una película de terror que incluye escenas de humor que no provoca vergüenza ajena, que no se siente forzado, enriqueciendo la historia.

Hay quien considera que The Lost Boys es una de las mejores películas de vampiros que se ha filmado jamás, otros la califican como una entretenida cinta de aventuras producto de su época. Lo que nadie puede negar es que es un clásico que sigue tan vigente como el día de su estreno.