
Esta no es una historia nueva en el cine. Pero es una que muy rara vez tiene un final feliz. Recuerdo un caso similar en el Hollywood de los 70, cuando Richard Dooner fue despedido en medio de las filmaciones de Superman II, cinta que finalmente terminó Richard Lester. Cuatro décadas después fue Zack Snyder el que abandonó la producción de La Liga de la Justicia, dejando su puesto de director a Joss Whedon.
Todos sabemos lo que ocurrió después. La cinta fue un fracaso de taquilla y crítica, sepultando para siempre al naciente DC Universe en el cine. Alguien por ahí la tildó como la “anti Avengers”, ya que se colocó en las antípodas de la experiencia Marvel. Mientras la primera reunión de Los Vengadores consolidó la apuesta de la casa de las ideas, la Liga de la Justicia se transformó en la película con menor recaudación de la franquicia.

Todo fue extraño, dejando la sensación en los fanáticos que las decisiones de los ejecutivos de Warner Bros. arruinaron lo que era el sueño de todo seguidor de la editorial DC Comics. La película, que duraría más de tres horas y era solo la primera parte de la aventura, se redujo a un film de poco más de dos, con una historia auto conclusiva. Muy alejada al tono oscuro que Zack Snyder había impuesto en la poco feliz Batman v. Superman.
En este punto creo que es bueno marcar una posición. No creo que Zack Snyder sea un gran director. Para mi su trabajo está más cercano a lo que hace Michael Bay, muy talentoso para filmar escenas concretas y espectaculares (como el ejemplo que coloco acá) pero ineficaz como narrador. No sabe contar una historia, siempre se queda en la propuesta. Y eso es enervante. Whedon es, en ese aspecto, un realizador mucho más eficaz.
En lo personal, creo que el corte cinematográfico de Whedon no es un bodrio. Se las arregló para que una película maldita tuviera sentido. ¿Es mediocre? Claro, no está a la altura de la unión de los héroes que comenzaron todo. ¿Evidencia probreza creativa? Por todos lados. Sin embargo, por alguna extraña razón, funciona. Es muy superior a, por ejemplo, Escuadrón Suicida.
Pero en un mundo en que las redes sociales permiten levantar las causas más banales, comenzó a acuñarse el hashtag #ReleasetheSnyderCut, una película que se transformó en un santo grial del cine comercial moderno. Aunque es probable que sea el propio Snyder el causante de la debacle del DCU, el movimiento comenzó a tomar forma.

El corte de Snyder fue creado y montado, pero jamás terminado. Incluía viajes en el tiempo, un desarrollo más amplio de personajes y la aparición del máximo villano del Universo DC: el glorioso Darkseid. Se rumorea además que la resurrección de Superman era mucho más traumática y que incluso usaría el traje negro, ese que en los comics uso después de su retorno al mundo de los vivos.
La famosa visión del futuro de Batman, en donde veía un Superman enloquecido, tendría sentido en esta película. Lo mismo que la fantasmal aparición de Flash ante Bruce, advirténdole que había que detener al azuloso y que Lois era la clave.

Pero Hoollywood no es un tipo “buena gente”. En las grandes ligas los dólares mandan. Y Snyder demostró no en una, sino que en dos oportunidades, que no era el elegido para conseguir el éxito financiero anhelado. Snyder se convirtió en un paria, relegado a un rincón oscuro en su red social Vero, en donde durante tres años se dedico a dar datos, artes conceptuales y bocadillos sobre lo que podría haber sido su película.
Su corte, ese metraje que está en su casa, no estaba terminado. Y era prácticamente imposible que Warner siguiera perdiendo dinero en un proyecto fracasado. Aquaman, Wonder Woman y Joker estaban marcando un camino, en donde la continuidad no era lo más importante.

Aquí hacemos un corte al relato y volvemos al Superman II de Richard Donner. El otro film que nunca se estrenó en cines. Pero si que llegó al formato casero, veinte años después. Ya con Christopher Reeve fallecido, Donner terminó su montaje echando mano a material nunca utilizado, incluso usando pruebas de cámara. El resultado no es perfecto, pero deja en claro que el film pensado como secuela del Superman original era digno de ver.
Pero hicieron falta veinte años. ¿Sería lo mismo para Snyder? En un momento pensé que tal vez podría ver el corte de Zack cuando ya estuviera cursando la tercera edad. Con un Henry Cavill pelado y con panza, una Gal Gadot abuela y un Ben Affleck en las últimas.

Pero en tiempos de redes sociales y de streaming los procesos son más rápidos. En una época en que el cine más que nunca escucha a los fanáticos, por muy desagradables que sean pero que siempre pasan por caja, Warner Bros. pensó que esta sería una gran forma de promocionar su próximo servicio online: HBO MAX.
Snyder anunció lo que se rumoreba hace algunos días. Un presupuesto de 30 millones le permitiría completar su propuesta artística. Veremos el film que tenía en su cabeza, el que está montado pero no concluido. Todo el presupuesto se irá en terminar los efectos especiales inconclusos. En esta versión finalmente veremos a Superman sin el horrendo bigote alterado por computadora. Nunca olvidemos que esto pasó:

¿La Liga de la Justicia de Snyder será una buena película? En lo personal tengo serias dudas. No confío en el talento de Zack. Pero si admiro su perseverancia, y creo que todo artista tiene el derecho a que su obra sea lo más fiel a su visión. Aplaudo también que la mirada capitalista no gane, asuma que se equivocó y nos de la opción (siempre en términos de mercado, claro está) de ver un film que estaba llamado a ser historia.
En hora buena Zack. En hora buena.

Si quieren ver el corte cinematográfico de la Liga de la Justicia, lo pueden encontrar en Amazon Prime Video.
[…] eso no es obstáculo para comentar una de las noticias más llamativas del espectáculo este año. Zack Snyder, contra todo pronóstico, logro que Warner Bros. financiara su corte de la polémica Justice League de […]
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[…] existencia de la Liga de la Justicia de Zack Snyder es un milagro, un hecho casi inexplicable en la industria del cinematográfica en la actualidad, que tiende a […]
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