
El Diablo a Todas Horas es una película que por momentos se torna bastante incómoda. Y si quien está tras la pantalla es religioso, probablemente la pase bastante mal. Es probablemente la principal intención del director Antonio Campos, quien adapto y dirigió este film basado en la novela del mismo nombre escita por Donald Ray Pollock, que a su vez hace de narrador en el film.
Esta es una colección de relatos unidos por la tragedia y la coincidencia, situadas todas en lo que se denomina egocéntricamente como la “América profunda”, que se refiere a los territorios más olvidados de Estados Unidos.

En más de dos horas de metraje, se presentan varias historias que se van solapando a medida que avanza la cinta. Más allá del espacio físico y temporal, lo que une a casi todos los protagonistas son sentimientos de desesperanza y abandono, principalmente de Dios o mejor dicho de la religión que funciona como un pegamento social en estos territorios.
Como mencioné, el guion es incómodo, por su tono oscuro y trágico. Es, además, una historia de “hombres blancos”, por lo que no siempre se empatiza del todo con los problemas que enfrentan los protagonistas. No es, por decirlo de alguna forma, un relato “universal”. A pesar de esto, está bien hilado y narrado, lo que la hace lo suficientemente atractiva para cualquier espectador con paciencia para ver un film que tiene un tranco más pausado que frenético.

Si en algo destaca El Diablo a Todas Horas es en su reparto, lleno de estrellas del nuevo milenio. Ahí está Tom Holland como el protagonista principal, en su rol más desafiante desde que filmó Lo Imposible cuando era apenas un adolescente. El carrusel de emociones y la lucha contra el destino marcan al personaje y exigen de Holland algo más que un sentido arácnido para actuar. En líneas generales, cumple satisfactoriamente y se echa al hombro dos tercios de película.
Sebastian Stan, su compañero en el Universo Marvel también aparece, con muchos kilos de más para interpretar a un alguacil corrupto. Pero quien se lleva las palmas es Robert Pattinson, como el nuevo predicador del pueblo. Sus apariciones son escasas, pero su interpretación es muy convincente. Desde el acento empleado, sus gestos y postura corporal. En el escaso metraje en que aparece, se roba la cinta. La mejor secuencia de toda la película es, sin duda, la que comparte con Holland.

No todas las historias cuajan del todo. Si bien el relato principal se sostiene, existen historias secundarias a las que les falta una mayor profundidad. Eso le quita varios puntos a la película que ya en su último tercio acusa cansancio narrativo.
En conclusión, El Diablo a Todas Horas es una apuesta interesante, que va perdiendo fuerza a medida que avanza. Un film que exige algo más de paciencia del espectador, pero no pide mucho más que eso. La cinta se deja ver sin problemas, su montaje es efectivo a la hora de enfrentar un relato múltiple, pero que no se despega lo suficiente de lo cotidiano.

Título original: The Devil All the Time
Año: 2020
Duración: 138 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Dirección: Antonio Campos
Guion: Antonio Campos, Paulo Campos (Novela: Donald Roy Pollock)
Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans
Fotografía: Lol Crawley
Reparto: Tom Holland, Bill Skarsgård, Jason Clarke, Sebastian Stan, Robert Pattinson, Eliza Scanlen, Mia Wasikowska, Riley Keough, Haley Bennett, Mia Goth, Tracy Letts, Gregory Kelly, Gabriel Ebert, Emma Coulter, Harry Melling, Douglas Hodge, Lucy Faust, Drew Starkey, Kristin Griffith
Productora: Distribuida por Netflix. BorderLine Films, Ninestory Pictures
Género: Thriller. Drama | Vida rural (Norteamérica). Asesinos en serie. Años 60. Años 50. Crimen