La esperada colaboración entre Deadpool y Wolverine finalmente llega a la pantalla grande con la película “Deadpool y Wolverine”. Dirigida por Shawn Levy, la cinta promete ser una montaña rusa de emociones para los fanáticos que han seguido las películas de los X-Men desde su inicio en el año 2000. En esta ocasión, Ryan Reynolds y Hugh Jackman unen fuerzas, ofreciendo una química palpable que sostiene gran parte del atractivo del film.

En “Deadpool y Wolverine”, los dos antihéroes más queridos de Marvel se enfrentan a una amenaza que podría destruir todas las realidades. Deadpool, conocido por su irreverente humor y sus quiebres de la cuarta pared, se une a Wolverine, el mutante con garras de adamantium, para navegar por un multiverso lleno de sorpresas y peligros. Juntos, deberán enfrentar viejos enemigos y nuevos desafíos, mientras lidian con su complicada relación.

El guion, escrito por Rhett Reese y Paul Wernick, nos lleva por un viaje caótico a través del multiverso, una apuesta que inevitablemente invita a comparaciones con “Doctor Strange en el Multiverso de la Locura” de Sam Raimi. Sin embargo, mientras que la película de Raimi se presentó como una compleja maraña de dimensiones y reglas, “Deadpool y Wolverine” adopta un enfoque más accesible y cómplice con su audiencia.

Desde el comienzo, el film nos lanza en medio de la acción, con Wade Wilson (Deadpool) rompiendo la cuarta pared y haciéndonos partícipes de su travesía. Las referencias meta y los cameos inesperados son constantes, y aunque puedan parecer excesivos para algunos, los seguidores de Marvel encontrarán en estos momentos un deleite nostálgico.

Las secuencias de acción son uno de los puntos fuertes de la película. Levy, conocido por su trabajo en “Free Guy”, maneja con destreza las coreografías de combate y los efectos especiales, entregando escenas memorables que sin duda quedarán grabadas en la mente del espectador. Lamentablemente, no son mejores que las de Deadpool 2.

Una mención especial merece la banda sonora, cargada de éxitos pop de los años 80 y 90, que añade una capa de diversión y nostalgia, especialmente para aquellos que crecieron en esas décadas.

Sin embargo, no todo es perfecto en “Deadpool y Wolverine”. A pesar de ser entretenida, la película muestra una ejecución desigual en términos narrativos. En muchos momentos, la trama parece una serie de viñetas conectadas más por la presencia de Reynolds y Jackman que por una historia cohesiva. Este enfoque puede resultar en una experiencia fragmentada que recuerda más a un boceto que a una película terminada.

Para los puristas del universo Marvel, esta entrega puede ser una espada de doble filo. Por un lado, ofrece un cierre emotivo a las películas de X-Men producidas bajo la extinta 20th Century Fox, ahora propiedad de Disney. Las escenas que acompañan a los créditos finales están cargadas de homenajes y referencias que celebran este legado. No obstante, desde el punto de vista del multiverso, la película agrava los problemas de continuidad y reglas establecidos en series como “Loki” y en la misma “Doctor Strange en el Multiverso de la Locura”.

“Deadpool y Wolverine” es, sin duda, un espectáculo divertido y una carta de amor para los fanáticos de Marvel, sobre todo aquellos que disfrutaron de la era FOX. Las interpretaciones de Ryan Reynolds y Hugh Jackman brillan, demostrando una vez más por qué estos personajes son tan queridos. Pero como película es muy deficiente.

Ficha Técnica:

• Título: Deadpool y Wolverine
• Director: Shawn Levy
• Guion: Rhett Reese, Paul Wernick
• Reparto: Ryan Reynolds (Deadpool), Hugh Jackman (Wolverine), Zazie Beetz (Domino), Morena Baccarin (Vanessa), Josh Brolin (Cable)
• Productores: Ryan Reynolds, Simon Kinberg, Lauren Shuler Donner
• Música: Tyler Bates
• Cinematografía: George Richmond
• Estudio: 20th Century Studios, Marvel Studios
• Distribuidora: Walt Disney Studios Motion Pictures
• Duración: 125 minutos
• Género: Acción, Comedia, Ciencia Ficción