Anatomía de una caída: Justicia ciega pero no sorda

Un thriller judicial que atrapa desde el inicio. Sandra (Sandra Hüller), una escritora, se ve envuelta en un oscuro proceso judicial tras la muerte de su esposo Samuel en circunstancias misteriosas. La película de la directora Justine Triet presenta una sucesión de análisis forenses, testimonios en conflicto y giros inesperados que mantienen al espectador al borde del asiento.

La dirección precisa de Triet y la interpretación magistral de Sandra Hüller dan vida a una historia llena de intriga y complejidad. Triet maneja con maestría los ritmos y circunstancias, manteniendo al espectador inmerso en el misterio sin revelar demasiado pronto las respuestas.

En el contexto del juicio, la película critica de manera cruda la sociedad actual y nuestra percepción de la verdad. A través de diálogos y eventos, se cuestiona cómo los hechos se convierten en ficción en el relato público, y cómo la verdad puede ser esquiva. La justicia, por su parte, demuestra no ser ajena a todo el barullo de la prensa y las redes sociales, manteniéndose ciega pero nunca sorda.

Pero más allá de ser solo un thriller, “Anatomía de una caída” es también un estudio psicológico y un comentario feminista sobre la construcción de la realidad y la destrucción de una familia. La actuación intensa de Sandra Hüller sostiene la película, llevando al espectador a reflexionar sobre sus propios prejuicios y percepciones.

Triet y Hüller son cómplices en el éxito. Lo cierto es que en el centro de la historia era necesario un personaje que pareciera sospechoso porque domina el idioma, el relato y su sexualidad. Todo lo que se vuelve en su contra durante el juicio. Es una amenaza porque es una mujer sólida y fuerte. Sin esos elementos la película sería menos potente y la narrativa común y corriente.

Una escena destacada es la reproducción de una discusión pasada entre Sandra y Samuel en el juicio, donde lo que no se muestra es tan impactante como lo que sí se ve. Esta elección narrativa muestra la genialidad de Triet y su capacidad para contar una historia de manera sutil pero efectiva. La directora elige mostrar solo una parte de los acontecimientos en pantalla, sin embargo, lo que no se muestra es lo más importante. Una secuencia que enorgullecería a Hitchcock y que da para estudios de como contar una historia en pantalla.

“Anatomía de una caída” no ofrece respuestas fáciles ni soluciones prefabricadas. Es una película que desafía al espectador a pensar y reflexionar, dejando el puzle incompleto para que cada uno pueda interpretarlo a su manera.