Aunque Martin Scorsese es más conocido por sus obras de temática terrenal, una de sus grandes obsesiones ha sido explorar las vicisitudes del alma. Lo hizo de manera poderosa y reflexiva en películas como “Silencio” (2016) y “La última tentación de Cristo” (1998). No es común que un director mezcle ambas vertientes de su cine en una sola película. Ejemplos notables incluyen “Pandillas de Nueva York” (2002), “Vidas al límite” (1999) y su película más reciente, “Los asesinos de la luna”, un emocionante y efectivo tratado sobre los alcances de la maldad y la codicia humana.

A principios del siglo XX, el petróleo trajo una gran fortuna a la nación Osage, convirtiéndola en uno de los pueblos más ricos del mundo de la noche a la mañana. Esta riqueza atrajo a inescrupulosos blancos que saquearon tanto dinero como pudieron. Cuando eso no fue suficiente, comenzaron a planear asesinatos para apoderarse de las tierras de los Osage.

Basada en una historia real y contada a través del improbable romance entre Ernest Burkhart (interpretado por Leonardo DiCaprio) y Mollie Kyle (interpretada por Lily Gladstone), “Los asesinos de la luna” es una épica historia de crímenes en el oeste, donde el amor verdadero se cruza con una traición inconcebible.

Scorsese captura al espectador desde el primer plano y no lo suelta hasta la última imagen. Su narración avanza con sutileza, manteniendo siempre el enfoque en su destino. Como si fuera un grito silencioso, el director va construyendo paso a paso, diálogo a diálogo, mirada a mirada, un infierno difícil de concebir si no se conociera su base en la realidad.

Como es característico de Scorsese, desafía al espectador, pero no su paciencia, a pesar de la extensión del metraje (casi cuatro horas), sino más bien lo empuja a sumergirse en emociones, cultura y sensaciones. Con un talento que pocos artistas poseen, muestra la inocencia de los Osage en contraposición a la perversidad de los colonos blancos a través de acciones, miradas y momentos profundamente significativos.

La dupla de Leonardo DiCaprio y, sobre todo, Lily Gladstone, impulsa la historia y le aporta corazón. Su relación en pantalla es genuina y creíble, lo que es fundamental para que los acontecimientos cercanos al último acto sean tan conmovedores. Las nominaciones al Óscar para ambos intérpretes son prácticamente seguras.

En el lado opuesto, Robert De Niro interpreta magistralmente al inescrupuloso William Hale, personificando la maldad capaz de corromper lo puro y hermoso. El resto del elenco cumple con excelencia, con destacadas actuaciones de Jesse Plemons como el agente del FBI Tom White y Brendan Fraser en el papel del caricaturesco abogado W.S. Hamilton.

Desde el punto de vista visual, “Los asesinos de la luna” es un espectáculo en todos los sentidos. Cada escena se siente auténtica y grandiosa, gracias a las filmaciones en Oklahoma, que dotan a cada cuadro de un sentido de urgencia y relevancia, involucrando al espectador en lo que está sucediendo y generando una profunda incomodidad ante cada injusticia retratada en pantalla.

En resumen, “Los asesinos de la luna” es una película conmovedora y sombría que pone de manifiesto lo peor de la naturaleza humana, destacando la codicia llevada al extremo como motor del capitalismo. La película ofrece una reflexión sobre cómo la historia del pasado, ambientada hace un siglo, sigue siendo relevante en el mundo actual.

Dirección: Martin Scorsese Reparto: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Brendan Fraser, John Lithgow, Tantoo Cardinal, Barry Corbin, Pat Healy, Louis Cancelmi, Gary Basaraba, Scott Shepherd, Sturgill Simpson País: Estados Unidos Año: 2023 Género: Thriller. Western. Drama Guion: Eric Roth, Martin Scorsese (Libro: David Grann) Duración: 206 min.