La influencia de 2001 de Stanley Kubrick en la propuesta fílmica de Ad Astra es incuestionable. Sobre todo en el concepto de la odisea espacial. Y es precisamente en este apartado en donde la película de James Gray califica con un sobresaliente. En la búsqueda interna y en el reencuentro con el padre (o el creador si se quiere) existen ripios que impiden que este film se equipare a otros clásicos de la ciencia ficción.
Roy McBride (Brad Pitt) es un ingeniero que perdió a su padre, Clifford McBride (Tommy Lee Jones), en una misión sin retorno a Neptuno para encontrar signos de inteligencia extraterrestre en lo que denominó como Proyecto Lima. 20 años después, emprenderá su propio viaje a través del sistema solar para tratar de encontrarlo y resolver los misterios del porqué esa primera misión fracasó y tratar de lidiar con las consecuencias de aquello, unas tan gigantescas que amenazan al planeta mismo.
Ad Astra es un doble viaje. La partida del padre dejó a temprana edad un agujero emocional en Roy, mismo que le impide conectarse de forma apropiada con el resto del mundo. Sonríe, aparenta estar inserto en el sistema y la sociedad, pero lo cierto es que hay una desconexión emocional alarmante, una especia de negación de su propia humanidad. El viaje es, en definitiva, un esfuerzo por encontrar esa humanidad perdida, un reencuentro con el padre y la búsqueda de una respuesta que se transforme en el engranaje que permita que la maquinaria funcione como se debe.
La odisea de Roy, que recorre exactamente el mismo camino en lo emocional y lo físico que el padre, es la que podemos vivir todos en algún momento de la vida. Una propuesta interesante que también exploró Kubrick, pero que lamentablemente no cuaja del todo. El espectador puede entender la motivación, pero Gray es incapaz de involucrarlo en el viaje. Peca de un error muy común en estos tiempos: explicitar más que mostrar.
El personaje de Roy se cuestiona permanentemente su incapacidad (diametralmente opuesta a su competencia), y queda muy claro que la razón radica en el escape del padre. Pero a la hora de transmitir dicha situación, de plasmarla efectivamente en escena, se queda corto. Es por ello que Ad Astra, un film que pretende ser emocional, se siente frío e impersonal.
Es probable que Gray busque generar o replicar la sensación de soledad del protagonista, enlazada con la búsqueda de vida extraterrestre del padre (de todo eso iba el Proyecto Lima). Pero en el abandono existe angustia, dolor y ansiedad. Exceptuando esta última, el resto casi no se percibe en la acción y no tan solo en las palabras.
En el extremo opuesto, el despliegue técnico a la hora de representar el trayecto que parte en la Tierra y concluye en Neptuno es abrumador. Especialmente la parada en la Luna, de un foto realismo increíble. No alcanza la profundidad de Alfonso Cuarón en Gravedad, en donde la inmensidad del espacio es retratada de manera brillante, sin embargo es una increíble puesta en escena. Punto a favor es que Gray se preocupa de los detalles prácticos que hace todo más creíble y palpable. Una vez más, una referencia evidente a lo hecho por Kubrick en su obra maestra.
Brad Pitt está notable en el papel. Sobre sus hombros descansa todo el peso dramático de la cinta y el actor transmite de forma intensa cada estado por el que pasa su personaje. Lamentablemente una actuación tan potente no es aprovechada a la hora del enlazarla con el resto del elenco. Al igual que su personaje, está solo en su esfuerzo por emocionar. De todas formas, uno de los mejores trabajos de Pitt en su carrera.
El reparto es variopinto y no tiene mucho espacio en la pantalla. Donald Sutherland; como un viejo astronauta que guía a Roy en el inicio del viaje, así como Tommy Lee Jones, tienen las participaciones más destacadas. Ambos de buen desempeño, como es lo usual.
Ad Astra no es una película fácil. Ni por su propuesta ni tampoco por su narrativa. Una propuesta reflexiva enmarcada en una espectacular puesta en escena, con un protagonista que da todo por el papel. Falla a la hora de establecer el nexo emocional entre padre e hijo, lo que impide que el viaje sea del todo satisfactorio. Sin embargo esto no arruina la experiencia y una odisea en la que la épica es principalmente interna.
Ficha Técnica
Dirección: James Gray
Producción: Brad Pitt,Dede Gardner,Jeremy Kleiner,James Gray,Rodrigo Teixeira,Anthony Katagas
Guion: Ethan Gross, James Gray
Música: Max Richter
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Montaje: John Axelrad, Lee Haugen
Vestuario: Albert Wolsky
Protagonistas: Brad Pitt, Ruth Negga, Jamie Kennedy,Donald Sutherland,Tommy Lee Jones
Duración: 124 minutos