
Y llegamos a la gran noche del cine. Cada año, la Academia nos entrega un listado de títulos que, supuestamente, representan lo mejor del séptimo arte. Sin embargo, no siempre lo que se nomina responde a una lógica de excelencia cinematográfica. Algunas películas llegan por razones políticas, otras por campañas agresivas de marketing y unas pocas, las más afortunadas, porque realmente lo merecen.
Después de ver todas las candidatas a Mejor Película en los Oscar 2025, me di a la tarea de ordenarlas de la menos destacada a la más impactante. ¿Coincidirán con la decisión de la Academia? Lo sabremos el día de la ceremonia. Mientras tanto, aquí dejo mi veredicto:
10. Emilia Pérez (Leer reseña completa)
La gran decepción del año. Jacques Audiard intenta vendernos Emilia Pérez como un musical transgresor, pero lo que nos entrega es un intento fallido de comentario social, donde la música se siente forzada y la historia es poco creíble. Zoe Saldana hace un buen actoral, pero no es suficiente para salvar una película que parece estar más preocupada por su mensaje que por contar una historia bien construida.
9. Nickel Boys (Leer reseña completa)
Basada en la novela de Colson Whitehead, esta adaptación de RaMell Ross tenía todos los ingredientes para ser una gran película. Sin embargo, su estilo visual experimental termina por alejar al espectador en lugar de sumergirlo en la historia. Es un film con valor, pero demasiado distante emocionalmente.
8. Wicked (Leer reseña completa)
Las adaptaciones de musicales de Broadway al cine han tenido resultados variados. “The Producers”, por ejemplo, fue un éxito en el teatro pero no logró el mismo impacto en la pantalla grande. Sin embargo, “Wicked” aborda este desafío con una producción colosal que enriquece el universo de Oz. A diferencia de otras adaptaciones que se sienten limitadas, esta película expande su mundo con escenarios detallados y tangibles, muchos de ellos construidos especialmente para el film, lo que aporta una autenticidad que se agradece en la era del CGI.
7. Dune: Parte Dos (Leer reseña completa)
En la época actual, marcada por un sinfín de producciones cinematográficas, pocas logran alcanzar la grandeza que representa “Duna Parte Dos”. Bajo la dirección magistral de Denis Villeneuve, esta película solidifica la saga como la mejor en el género de ciencia ficción en la actualidad.
6. Un Completo Desconocido (Leer reseña completa)
El biopic de Bob Dylan dirigido por James Mangold es sólido pero predecible. Timothée Chalamet entrega una actuación convincente, pero la película sigue la clásica fórmula del género sin arriesgar demasiado. Se disfruta, pero no deja huella.
5. Cónclave (Leer reseña completa)
Un thriller político fascinante ambientado en el Vaticano. Edward Berger logra capturar la tensión de la elección papal con una puesta en escena sobria pero efectiva. Ralph Fiennes lidera un elenco de lujo en una película que, sin ser una revolución del género, mantiene al espectador atrapado de principio a fin.
4. Aún Estoy Aquí (Leer reseña completa)
Walter Salles nos entrega un relato conmovedor sobre las cicatrices de la dictadura brasileña. Con un guion preciso y actuaciones llenas de verdad, esta película se convierte en una de las más humanas y necesarias del año.
3. La Sustancia (Leer reseña completa)
Coralie Fargeat se atreve a empujar los límites del body horror con una película brutal, asquerosa y fascinante. La Sustancia no es para todos, pero su manera de abordar la obsesión por la juventud y la autoimagen es perturbadora y necesaria. Una joya incómoda.
2. Anora (Leer reseña completa)
Sean Baker lo hace de nuevo. Su retrato de una stripper neoyorquina que se ve envuelta en una relación con un joven millonario ruso es una historia vibrante, cruda y llena de corazón. La dirección es impecable y la actuación de Mikey Madison nos entrega una de las interpretaciones más memorables del año.
1. El Brutalista (Leer reseña completa)
La obra maestra de Brady Corbet. El Brutalista es una epopeya sobre la arquitectura y el desarraigo que no solo deslumbra con su fotografía y puesta en escena, sino que también deja una marca emocional profunda. Adrien Brody entrega una interpretación monumental en una película que lo tiene todo: ambición, belleza y una crítica feroz al Sueño Americano.
Al final, el Oscar a Mejor Película no siempre lo gana la mejor película, pero si dependiera de mí, El Brutalista sería una justa vencedora. ¿Estarán de acuerdo los votantes de la Academia? Lo sabremos esta noche.
