El Planeta de los Simios: Nuevo Reino – Una aventura fresca en un mundo reconocible

“El Planeta de los Simios: Nuevo Reino” es una nueva entrega en la icónica franquicia de ciencia ficción que, a pesar de su reconocible ambientación, ofrece un enfoque refrescante que puede ser disfrutado tanto por nuevos espectadores como por los veteranos. Bajo la dirección de Wes Ball, conocido por su trabajo en “Maze Runner”, la película nos lleva a un futuro distante, alejándose de la trilogía original dirigida por Matt Reeves, para presentar una historia independiente y coherente.

La trama de “Nuevo Reino” se sitúa muchos años después de los eventos que dejaron al mundo en ruinas y a los simios como la especie dominante. La civilización humana ha decaído y solo unos pocos grupos sobreviven en un planeta dominado por los simios. La historia sigue a un joven simio, Noa, interpretado por Owen Teague, quien se embarca en una búsqueda personal para descubrir los secretos de su linaje y su verdadero propósito en este nuevo mundo. Junto a Noa, encontramos a Nova, interpretada por Freya Allan, una humana cuyo misterio, aunque predecible, se integra perfectamente en la narrativa, añadiendo capas de intriga y emoción.

El villano Proximus Caesar, líder de una comunidad simia que prospera a costa del miedo y el abuso, interpretado por Kevin Durand, aporta una presencia amenazante que impulsa el conflicto central de la historia. La interpretación es sólida, presentando un antagonista complejo que añade profundidad al relato. A su lado, los protagonistas son igualmente robustos, cada uno con sus propios arcos narrativos que enriquecen la trama.

Wes Ball se aleja del dramatismo característico de Matt Reeves para ofrecer una película más enfocada en la aventura y el desarrollo personal de los personajes. Aunque carece de una firma de autor distintiva, Ball logra entregar un producto coherente y bien estructurado. La captura de movimiento sigue siendo de vanguardia, casi perfecta, y aunque lo digital prevalece, no resulta invasivo como en otros blockbusters recientes.

En términos técnicos, la película brilla. La captura de movimiento y los efectos digitales son de alta calidad, manteniendo la saga en la cúspide tecnológica del cine contemporáneo. La música, a cargo de Michael Giacchino, acompaña adecuadamente la acción sin robar protagonismo. La edición y los planos son correctos, cumpliendo con su función sin destacar excesivamente.

El final abierto de “Nuevo Reino” es uno de sus puntos más fuertes. La conclusión, desesperanzadora y emocionante, deja al espectador con ganas de más, elevando el interés hacia futuras entregas. Este cierre, junto con algunos momentos genuinamente emocionantes a lo largo del film, asegura que los aciertos de la película superen con creces sus errores.