Los fanáticos de los cómics sabemos que fue DC la editorial que generó el arquetipo del super héroe, con el lanzamiento hace ya 80 años de Superman.

Todo lo que surgió después, incluyendo el explosivo desarrollo de Marvel, se debe al trabajo de esa casa editorial. Sin embargo, en el cine la historia es completamente distinta.

Durante diez años Marvel ha perfeccionado la fórmula de lo que se entiende el cine de súper héroes hoy en día. Para bien y para mal, ya que el éxito de sus películas ha generado la sensación en el público de que todo lo que no siga esa pauta es malo. De hecho, casi el 90% de la críticas hacia la fallida Liga de la Justicia estrenada el año pasado son porque “no se parece a Marvel”, lo que sugiere una falta de visión preocupante por parte de la audiencia.

Pero más allá de ese debate, lo cierto es que las cifras son abrumadoras a favor de Marvel. En solo tres días, Infinity War recaudó 630 millones de dólares en todo el mundo. Lo mismo que hizo la Liga de la Justicia en toda su corrida por los cines del planeta, que se prolongó por poco más de 15 semanas.

Sin duda que el fenómeno de Infinty War hará que las críticas de las barras bravas sean mayores en contra de lo hecho por el Universo DC en el cine. Para quienes si disfrutamos del género, es preocupante ya que los estudios Warner, que tienen los derechos de Superman, Batman y compañía, pueden caer en la fácil decisión de copiar lo exitoso. Algo que a todas luces los héroes originales de noveno arte no merecen.

La próxima película del universo DC a estrenarse es Aquaman, a fines de este año. Las primeras proyecciones han dado resultados positivos, similar a la impresión que dejó Wonder Woman, el único éxito real de la franquicia hasta ahora.